¿Eres un verdadero Cristiano o un “casi” Cristiano?

Posted bySpanish Editor September 3, 2024 Comments:0

(English Version: “Are You a Real Christian or an ‘Almost’ a Christian?”)

En febrero 26 de 1993, una bomba poderosa explotó en el estacionamiento subterráneo del Centro de Comercio Mundial en la ciudad de Nueva York que mató a seis personas e hirió a más de mil. Eso causó una investigación agresiva con muchos arrestos. Pero muy pocas de las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley no lo reconocieron como un complot de la organización terrorista internacional.

Cuando los terroristas destruyeron las torres gemelas del Centro de Comercio Mundial en 2001 el comisario de policía Raymond Kelly recordó el ataque en 1993 y dijo, “debió haber sido un llamado de atención para los Estados Unidos.”

Hay una llamada de atención más severa dada por el Señor Jesús por medio de una parábola en Mateo 25:1-13 en donde hace esta seria y profunda pregunta a las personas que profesan ser cristianos: “¿eres un verdadero cristiano o un casi cristiano?” Y mientras miramos este pasaje, tomemos de corazón la seriedad de esta pregunta y demos una respuesta apropiada.

I. Parábola explicada

Una parábola es una historia basada en situaciones de la vida diaria para enseñarnos verdades espirituales. Esta parábola se trata de un novio que viene para tomar a su novia para llevarla a su casa y estar con él. De acuerdo a la costumbre de ese día las damas de honor irían a saludar al novio y acompañarlo a la casa de la novia. El novio podía ir incluso de noche y por esa razón las damas de honor llevaban lámparas que proveían luz.

En esta historia en particular, el novio llega a las doce de la noche. Había un total de diez damas de honor esperando para acompañarlo. Cinco de ellas tenían lámparas con aceite, y las otras cinco llevaban lámparas, pero sin aceite que las encendieran. Las que llevaban el aceite fueron a la boda con el novio. Sin embargo, las demás no fueron permitidas entrar al festejo de la boda, aunque ellas suplicaban.

El novio en la parábola representa a Jesús. Las vírgenes (damas de honor) sabían que llevaban aceite representan a los verdaderos cristianos listos para encontrarse con Jesús. Las cinco vírgenes insensatas que no llevaban aceite representan a los cristianos falsos que no están listos para ver a Jesús y están en peligro de ser dejados fuera del cielo.

El punto más importante de la parábola está resumido en el versículo 13, “Velad pues, porque no sabéis el día ni la hora.” Dicho de otra manera, “estén listos para ver al Señor hoy mismo.” Porque el día se acerca en donde será imposible recibir el perdón del pecado. No habrá una segunda oportunidad para entrar al cielo cuando dejes la tierra.

II. Parábola aplicada

Al estudiar la parábola, podemos tomar tres verdades como aplicación.

Verdad #1. Uno puede profesar a Cristo externamente pero nunca poseerlo internamente.

Había muchas similitudes entre las vírgenes sabias y las insensatas. Ambas llevaban lámparas y estaban esperando al novio (Mateo 25:1). Las vírgenes insensatas no estaban en oposición de la venida del novio. Pareciera que esperaban su venida.

Similarmente, muchas personas que profesan ser cristianos dicen que esperan la venida del Señor Jesús, pero no están correctamente preparados para recibirlo. Como la llegada del novio se tardaba, tanto las vírgenes sabias como las insensatas se quedaron dormidas.

Las vírgenes sabias dormían con una sensación de seguridad. Ellas representan a los cristianos genuinos que poseen una seguridad genuina por tener una relación correcta con Jesús.

Las vírgenes insensatas también parecían estar durmiendo tranquilamente. Sin embargo, ellas representan a los cristianos falsos que poseen una seguridad falsa que es el resultado de un corazón engañado. Creían estar listos para ver a Jesús por ir a la iglesia, por realizar actividades “cristianas” externas, y por tener amigos cristianos. La triste realidad es que nunca se arrepintieron verdaderamente de sus pecados y así nunca experimentaron el nuevo nacimiento en Cristo.

Hay muchas características que marcan la vida de un cristiano falso.

a. Su entendimiento de Dios está equivocado. Dios es amor nada más que amor. Él nunca me rechazará. Cuando este delante de Él, podre convencerlo que me permita entrar al cielo. Esta fue la creencia de las vírgenes insensatas y se evidencia por sus gritos “Señor, Señor, ábrenos la puerta.” (Mateo 25:11).

Mientras que es cierto que Dios es amor, no solo es amor. Él también es igualmente justo y santo. Él ha prometido en su palabra castigar a los que no confiaron en su Hijo (Juan 3:18). Que Dios haga algo que vaya en contra de su Palabra lo haría un mentiroso, ¡y eso es una imposibilidad!

b. Su entendimiento del pecado está equivocado. Los cristianos falsos piensan que tener convicción de pecado es lo mismo que una conversión verdadera. Mientras que la convicción llega antes de la verdadera conversión, también es posible tener un sentido de convicción sin una conversión genuina.

Judas, Félix, y Esaú experimentaron convicción de su pecado, pero nunca fueron salvos. (Mateo 27:3-5; Hechos 24:25; Hebreos 12:16-17). Simplemente sentirse mal por el pecado no comprueba que uno es cristiano. A menos que ese dolor cause que uno deje el pecado y se postre a los pies de Jesús para pedir misericordia; es un dolor falso que lleva a la destrucción eterna (2 Corintios 7:9-10).

c. Su entendimiento del mundo está equivocado. Los falsos cristianos son caracterizados por un amor implacable por el mundo y sus placeres. No se dan cuenta que Jesús no los condena por estar dentro del mundo (Juan 17:15), ¡Jesús los condena si el mundo está dentro de ellos!

Ellos, aunque saben de 1 Juan 2:15, que dice claramente, “No amen al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él,” dirigen sus vidas enteras hacia placeres mundanos. Y si no se ocupan persiguiendo cosas mundanas, ¡se ocupan soñando de ellas! Por alguna razón piensan que ellos son la única excepción del mandato, “no puedes servir a Dios y al dinero” (Mateo 6:24). ¡Que engañados están!

d. Su manera de amar a los demás está equivocada. Un amor selectivo hacia otros caracteriza un cristiano falso – solo aman a los que a ellos los aman. Es increíble y muy triste ver a gente que dice ser salva exhibir una amargura profunda hacia otros por años y años. Puede ser dirigida hacia su esposo(a), o familiar, o miembro de la iglesia, o colega de trabajo, o vecino, etc. Generalmente, su manera de pensar es: “generalmente yo amo a otros. Sólo que no puedo amar a fulano y fulana, porque me lastimaron mucho.”

Sin embargo, las Escrituras dicen claramente que el odio no debe ser una característica de uno que se llame cristiano. 1 de Juan 4:20-21 “20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. 21 Y este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano.” 1 de Juan 3:13-15 y 1 de Juan 4:7-8 enfatizan también lo mismo.

Entonces es posible externamente confesar a Cristo y nunca poseerlo internamente como las cinco vírgenes insensatas. Por eso todos necesitamos examinar nuestras vidas para ver si somos solo profesantes y no poseedores de la vida eterna.

Verdad #2. La salvación no puede ser transferida o compartida.

Mientras llegaba el novio, las vírgenes insensatas se dieron cuenta que no tenían aceite para sus lámparas. Ellas les pidieron inmediatamente a las vírgenes sabias, “Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan”. Ellas respondieron: “No, no sea que no haya suficiente para nosotras y para vosotras; id más bien a los que venden y comprad para vosotras.” (Mateo 25: 8-9).

En lo que iban a comprar el aceite para ellas, ya había sido demasiado tarde. Los invitados a la boda entraron “y las puertas fueron cerradas” (Mateo 25:10). Las vírgenes insensatas no podían entrar basado en la preparación de las sabias. Tenían que estar preparadas para el novio individualmente. En otras palabras, la salvación es una transacción individual entre el pecador y el Señor. No puede ser transferida o compartida. Uno tiene que estar personalmente listo para ver al Señor.

Muchas personas que dicen ser cristianos son como las vírgenes insensatas. Creen que Dios los dejará que entren al cielo basado en cual iglesia pertenecen, o en que sus padres son cristianos, o que su pareja es cristiana(o). Jesús advierte muy claramente a estas personas auto engañadas con estas palabras: “si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13:3). Sus palabras en Juan 3:3 afirman de nuevo que la salvación es una experiencia personal, “En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.”

Examinemos nuestras vidas. ¿Creemos que entraremos al cielo porque pertenecemos a una iglesia en particular, tenemos padres cristianos, o porque nos sentimos mejores que los demás? Si este es el caso, nos estamos engañando. A menos que experimentemos convicción de pecado, nos arrepintamos y volvamos a Cristo para nuestra salvación de una manera personal, no somos salvos.

Verdad #3. La fe cristiana requiere una perseverancia que dura toda la vida.

Aunque el novio se tardó en llegar, las vírgenes sabias estaban listas para su venida a cualquiera hora. Aunque fue en un momento inesperado “la medianoche” (v.6) cuando el novio llegó, ellas estaban listas. Esto nos enseña que el cristiano debe perseverar en la fe hasta el final.

Jesús no nos manda a que a veces obedezcamos o cuando sea conveniente. Cuando nosotros nos convertimos a Cristo es un compromiso de seguirle siempre – aunque nos cueste nuestra propia vida.

¡Tristemente, hay muchos hoy en día que ven a Cristo y su oferta de salvación solo como una póliza de seguro contra el infierno-como un boleto para ir al cielo con solo bendiciones materiales! ¡Con razón el evangelio de la prosperidad apela tanto a nuestra generación! El mensaje de negarse a uno mismo y cargar su cruz no es muy popular en muchas “iglesias” de hoy. ¡Sin embargo, ese era y todavía es el mensaje de Jesús!

Jesús nos manda “entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella” y que “estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:13-14). Date cuenta de que no solo es estrecha la puerta, sino que también el camino cristiano es angosto. La vida entera de un cristiano es desafiante que requiere perseverancia de por vida.

Los cristianos verdaderos entienden el costo de seguir a Jesús. Ellos entienden que el costo de seguir a Jesús a largo plazo es mucho menos que el costo de no seguirlo. Por eso es que ellos perseveran, aunque las batallas contra el pecado, Satanás, y el mundo no terminen. Aun cuando pecan, ellos se arrepienten genuinamente. No se quedan cómodos en el pecado, sabiendo que el pecado contrista al Señor quien murió en una cruz por su pecado. ¡De solo pensar en apreciar y quedarse en el pecado por el cual su Salvador pagó tan terrible precio sería horrendo para ellos!

Por favor, no me mal interpreten. No digo que uno es salvo por perseverar. Yo me aferro a la verdad bíblica que la salvación es solo por gracia, solo por fe, solo en Cristo. ¡Y nada más! (Juan 6:47, Efesios 2:8-9, Tito 3:5). Uno no se salva por perseverar en la fe. La perseverancia no es la causa de la salvación, sino el resultado de la salvación genuina.

Examinemos nuestras vidas. ¿Somos el tipo de cristiano que persevera, aunque la situación sea desafiante?

Meditaciones finales.

Hoy muchos que profesan ser cristianos se preguntan “¿cuánto me puedo acercar al mundo, pero aún ser un cristiano?” Jesús nos enseña cuanto nos podemos acercar a Él y aún NO ser un cristiano. Es muy fácil ser un “casi cristiano.” No le cuesta mucho ser uno – ¡ahorita!

Sin embargo, le costará a uno TODO – en la siguiente vida. Cuán trágico sería en el día del juicio descubrir que hay una gran diferencia entre ser un cristiano verdadero y un “casi cristiano”. La diferencia es tan grande como el cielo y el infierno.

Recibamos la advertencia: ¡ser casi salvo es estar ciertamente perdido! Es muy cierto el dicho “¡El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones!” Ojalá estas palabras no describan a ninguno de nosotros.

Las vírgenes insensatas lo descubrieron demasiado tarde. Por favor no te pongas en una situación similar. Si nunca lo has hecho, arrepiéntete de tus pecados, pídele a Jesús que te perdone, y te haga su seguidor ahora mismo. Él responderá de inmediato. Mandará su Espíritu Santo a que entre en tu corazón y viva dentro de tí. Y el Espíritu Santo te ayudará a vivir la vida que no puedes vivir dependiendo de tí mismo. Y por tu vida de perseverancia tú también puedes estar seguro de que eres un cristiano verdadero.

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